La historia de Jeanne Fortier, injustamente acusada, que 20 años después recupera su libertad y su dignidad
Compadecerse de los buenos, temblar por ellos, sentir repulsión por los malos y, finalmente, ver reconocida la inocencia y castigada la maldad.
Compadecerse de los buenos, temblar por ellos, sentir repulsión por los malos y, finalmente, ver reconocida la inocencia y castigada la maldad.
La historia de Jeanne Fortier, acusada injustamente, que encuentra la libertad y la dignidad 20 años después
Compadecerse de los buenos, temblar por ellos, sentir repulsión por los malos y, finalmente, ver reconocida la inocencia y castigada la maldad, ¿no es una de las cosas más agradables y tranquilizadoras del mundo?
Compadecerse de los buenos, temblar por ellos, sentir repulsión por los malos y, finalmente, ver reconocida la inocencia y castigada la maldad, ¿no es una de las cosas más agradables y tranquilizadoras del mundo?