Si el Valle del Loira fue elegido por los Reyes de Francia para construir algunos de los edificios más bellos del Renacimiento, se debió sin duda, entre otras razones, a sus suaves paisajes y a la atmósfera única que crean el río Real y sus alrededores. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, nuestra región abunda en tesoros naturales y arquitectónicos. Su casa de huéspedes es uno de ellos y, gracias a Cécile y Antoine, ha cobrado nueva vida y su poder de seducción le conmoverá sin duda. Su habitación, su ambiente y la serenidad que desprende, el desayuno, el recinto y la acogida que reciba grabarán maravillosos recuerdos en su memoria. La proximidad de Amboise (su castillo, Clos Lucé, Château Gaillard, etc.), Chenonceau, Chaumont-sur-Loire y su Festival Internacional de Jardin
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