Una encantadora y auténtica residencia de viticultores, con las habitaciones principales abiertas a un agradable jardín a la sombra de majestuosos árboles centenarios. Es el marco ideal para relajarse y disfrutar de las largas tardes de verano junto a la piscina, o sumergirse en las burbujas del SPA
Una encantadora y auténtica casa de viticultor cuyas habitaciones principales se abren a un agradable jardín sombreado por majestuosos árboles centenarios. Es el marco ideal para relajarse y disfrutar de largas veladas estivales junto a la piscina, o empaparse de burbujas en el SPA para 4 personas (sólo adultos). Françoise, la propietaria, estará encantada de guiarle por el sorprendente patrimonio troglodita de su pueblo, situado en un importante yacimiento prehistórico.