Gisant d'Agnès SorelGisant d'Agnès Sorel
©Gisant d'Agnès Sorel|Olivier Chable

Agnès Sorel, la dama de la belleza la Ciudad Real de Loches

Si los muros de la Ciudad Real de Loches hablaran, le contarían la fascinante historia de Agnès Sorel, la primera favorita oficial del rey Carlos VII de Francia, que dejó su impronta en Touraine con su encanto e influencia. Apodada la«Dama de la Belleza«, encarnaba el encanto y el poder de las favoritas reales. Más que la compañera del rey, fue una figura de modernidad y poder femenino en un reino en pleno renacimiento. Descubra por qué esta joven de la baja nobleza sigue siendo un icono de Loches.

¿Quién era Agnes Sorel, la favorita del rey Carlos VII?

Nacida hacia 1422, Agnès Sorel era hija de una modesta familia noble. Destacada por su deslumbrante belleza e inteligencia, se incorporó a la corte francesa como dama de honor de la reina María de Anjou. Allí conoció a Carlos VII y se convirtió en su confidente e inspiración. Su belleza e influencia le valieron rápidamente el apodo de «la Dama de la Belleza» y un lugar especial en el corazón del rey.

Ojos claros y azules, cabello rubio, piel muy blanca… este físico particularmente ventajoso no escapó a los ojos de Carlos VII, 18 años mayor que él, durante mucho tiempo. Y aunque al principio la bella mujer hizo languidecer a su pretendiente real, esto no hizo sino reforzar la atracción de Carlos VII. Al final, sucumbió: era difícil rechazar al rey.

Agnès Sorel y el castillo de Loches Un lugar de amor y poder

Especialmente aficionada a la Ciudad Real de Loches, permaneció allí largas temporadas, incluso en ausencia de Carlos VII. Su presencia está inmortalizada en una copia de un retrato pintado por Jean Fouquet: la favorita aparece representada como una Virgen con niño, amamantando, casi una Madonna. El retrato combina el carácter piadoso de Agnès con su sensualidad, que resplandece con el pecho descubierto, su gusto por las cosas bellas con el abrigo de armiño, y su papel ante el Rey a través de la corona colocada en la cabeza de la mujer que es… casi reina.

En las salas ricamente decoradas, podrá imaginar sus suntuosos vestidos y su deslumbrante melena rubia, que se ha convertido casi en leyenda. Cuando visite Loches, sumérjase en el ambiente de la corte real, donde Agnès dejó huella con su estilo único y su modernidad.

 Junto a Juana de Arco, Pierre de Brézé...

Mientras que la vida de Juana de Arco está inextricablemente ligada al destino de Carlos VII, Agnès Sorel estuvo estrechamente asociada al periodo dorado de su reinado. Según la leyenda, ella le dijo que su astrólogo (cuya opinión era muy respetada en la época) le había predicho que estaría al lado de un gran rey, lo que le llevó a pensar que tal vez debería estar al lado del rey de Inglaterra. Escocido hasta la médula, Carlos VII aceptó enfrentarse a sus rivales ingleses para liberar Normandía.

Para ello, contó con la ayuda de un tal Pierre de Brézé, que dirigió el ejército utilizando balas de cañón de metal para atacar las fortificaciones británicas. Brézé contaba con el pleno apoyo de Agnès Sorel, tanto en su papel de principal consejero del Rey como en su defensa contra las acusaciones que le hacía el Delfín (más tarde Luis XI).

 Y Jacques Cœur: una alianza al servicio del Rey

El círculo de amistades de Agnès Sorel también incluía a figuras influyentes como Jacques Cœur, el gran tesorero del rey. Juntos, animaron a Carlos VII a emprender audaces reformas para modernizar Francia. Gracias a esta alianza y a su influencia conjunta, la corte francesa pudo vivir un periodo de renovación, por el bien del reino.

Consciente de su atractivo, Agnès Sorel cuidaba mucho su aspecto. Vestía magníficos tejidos, pero también piedras preciosas: la bella Agnès fue la primera en llevar diamantes tallados, traídos por su amigo Jacques Cœur. Este refinamiento influyó en la vida de la corte, provocando una evolución en la moda femenina y masculina, dando lugar al arte de vivir a la francesa. Un anticipo de las fiestas de Francisco I en el Castillo Real de Amboise y del esplendor de Versalles.

La Ciudad Real de Loches

Sumérjase en la historia de los castillos del Loira descubriendo la Ciudad Real de Loches, una joya ineludible abierta todo el año. Organice su visita para no perderse esta experiencia única.

Venta de entradas, horarios y accesos… Todo lo que necesita para pasar un día o un fin de semana inolvidable en familia o entre amigos está a su alcance. Explore este lugar excepcional, donde Agnès Sorel, la célebre favorita del rey Carlos VII, dejó su huella.

La trágica muerte de Agnès Sorel Un final misterioso

¿Cómo murió Agnès Sorel?

En 1450, mientras esperaba su cuarto hijo, Agnès Sorel murió repentinamente a la edad de 28 años, dejando al rey inconsolable. Su temprana muerte dio lugar a muchas especulaciones, y algunos sospecharon de un envenenamiento orquestado por rivales de la corte celosos de su influencia. El misterio que rodea la muerte de Agnès Sorel refuerza el aura mítica de la favorita real.

La tumba yacente de Agnès Sorel: homenaje eterno a la Dama de la Belleza

La tumba de Agnès Sorel, esculpida con llamativa delicadeza, es una visita obligada cuando se visita la ciudad de Loches. Diríjase a la Collégiale Saint Ours, donde esta estatua yacente la representa con una gracia única, símbolo de su belleza. La obra es de un realismo conmovedor, con los delicados rasgos del retrato de Agnès Sorel, un homenaje directo a su encanto y personalidad. Tómese su tiempo para admirar esta obra maestra, que da vida a la grandeza de una figura femenina extraordinaria que, junto a Carlos VII, dejó su huella en la historia de Francia.

Tras los pasos de Agnès Sorel y Carlos VII En Loches

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