Touraine siempre ha sido tierra de arte de vivir. François Rabelais, nacido en esta región en 1494, ya elogiaba «el buen beber y el buen comer». Aún hoy, esta herencia pervive en los restaurantes, donde cada copa cuenta una historia. Empiece por los tintos de Chinon, que ya fueron el orgullo del autor de Gargantúa y Pantagruel. A continuación, cruce el Loira y descubra los matices del Cabernet Franc en Bourgueil y Saint-Nicolas-de-Bourgueil, donde los suelos y el clima dan forma a expresiones únicas.
Después, ¡déjese seducir por los excepcionales blancos! Vouvray y Montlouis-sur-Loire, separadas por el río, ofrecen fascinantes variaciones en torno al Chenin Blanc. Tanto si los prefiere secos, como secos o espumosos, estos vinos son el acompañamiento perfecto para pescados y quesos locales. Y no olvide las denominaciones más confidenciales como Touraine Noble Joué y Touraine Azay-le-Rideau (rosados), Touraine Amboise (tintos 100% côt) o Touraine Chenonceaux, donde el Sauvignon Blanc revela toda su finura.
Así, cada sorbo le transporta de un viñedo a otro, revelándole la riqueza de un terruño moldeado por los siglos. Un buen sumiller es, ante todo, un guía apasionado: escuche sus consejos y déjese sorprender por nuevas sensaciones.
Disfrute de un buen vino.