Un restaurante único cocina sana y de calidad
El nombre «Les Roseaux Pensants» no evoca necesariamente el de un restaurante. Si sus clases de filosofía no son más que un recuerdo lejano, debería saber que Blaise Pascal escribió en 1660:
El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza; pero es una caña pensante. No es necesario que todo el universo se arme para aplastarlo: basta un vapor, una gota de agua para matarlo. Pero si el universo lo aplastara, el hombre seguiría siendo más noble que aquello que lo mata, porque él sabe que está muriendo, y el universo no sabe nada de la ventaja que tiene sobre él. Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Es de ahí de donde debemos elevarnos y no del espacio y la duración, que no podemos llenar. Trabajemos para pensar bien: ése es el principio de la moral.
Stéphane Enault (en la cocina) y Laurène Attia (en el comedor) no proceden de ninguna escuela de hostelería, sino que ambos son… ¡abogados! Apasionados de la cocina y de los buenos productos locales, se han formado en técnicas culinarias y agrícolas. Stéphane dejó la abogacía para trabajar en varios restaurantes parisinos, donde se formó sobre el terreno, aprobando un CAP de cocina como candidato independiente. Laurène se formó en el cultivo de plantas aromáticas y medicinales. Sorprendente, ¿verdad?
